La administración de Joe Biden y el Congreso trabajan para reducir el riesgo a la seguridad nacional de varias aplicaciones de Beijing y para contrarrestar lo que consideran crecientes amenazas económicas y estratégicas del régimen.
La Casa Blanca y el Congreso están trabajando para reducir el riesgo para la seguridad nacional de varias aplicaciones chinas de redes sociales, más allá del reciente objetivo de alto perfil de Washington, TikTok.
La preocupación por la seguridad nacional “no se limita a TikTok”, declaró en una entrevista el jueves. “Si lo que nos preocupa es que empresas respaldadas por China estén en decenas de millones de teléfonos estadounidenses, incluidos miembros de las fuerzas armadas y preocupaciones de privacidad, preocupaciones de datos, preocupaciones de desinformación, no solo se aplica a TikTok”.
Raimondo, que ha declarado que está considerando la posibilidad de viajar a China este año, es una de las altas funcionarias del Gabinete del presidente estadounidense, Joe Biden, que está impulsando iniciativas para contrarrestar lo que consideran crecientes amenazas económicas y estratégicas de Beijing
Su departamento estableció el año pasado amplios controles a la exportación de tecnología de fabricación de chips a China, y está liderando la inversión de unos 52.000 millones de dólares en la industria estadounidense de semiconductores, a la que considera un recurso clave para la seguridad nacional.
“Ha habido momentos en la historia de Estados Unidos de intensa competencia global con otra superpotencia que no comparte nuestros valores”, declaró en una entrevista en la oficina de Bloomberg en Washington. “Este es uno de esos momentos”.
Raimondo también dijo que la administración está trabajando cuidadosamente en el escrutinio de la inversión saliente en ciertas industrias en China, pero advirtió que el trabajo sería lento dado el riesgo de consecuencias más amplias y no deseadas, en particular los impactos en los fondos de pensiones y de jubilación.
A continuación, afirmó que un programa piloto sobre inversiones en el exterior es “factible”, aunque todavía tendría que diseñarse, y que, en general, los procedimientos para evaluar las inversiones en el exterior tardarían “meses, no años” en establecerse.
“Estamos en ello todos los días, hablando con la industria, hablando con las partes interesadas”, dijo.
En la entrevista, Raimondo afirmó: “Queremos comercio, queremos intercambios, queremos inversión global. Todo lo que sea excesivamente amplio perjudica a los trabajadores estadounidenses y a la economía”.
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