Casi un mes después de la celebración de las primarias, la llamada oposición democrática enfrenta varios escenarios que desmontan el estatus político de los últimos años y conducen a plantearse acciones más allá de una candidatura presidencial para enfrentar a Nicolás Maduro en las elecciones de 2024.
Tras el triunfo de María Corina Machado con 92% de los votos, en el debate también entran en juego palabras claves como unidad y liderazgo. TalCual consultó a tres investigadores que exponen su mirada sobre las fuerzas opositoras y la forma cómo están procesando el mensaje que les envió la ciudadanía en las elecciones primarias realizadas el 22 de octubre.
El 15 de noviembre la Plataforma Unitaria informó a través de sus redes sociales sobre la realización de una «excelente reunión de trabajo con nuestra candidata de todos los factores democráticos María Corina Machado, fortaleciendo la agenda de trabajo en el camino de la gran victoria en 2024″.
Esa agenda de trabajo no solo se circunscribe a las presidenciales del próximo año también pasa por la lucha por condiciones para elecciones libres, la negociación y el levantamiento de inhabilitaciones que impactan de manera particular a Machado.
Luego de las primarias del 22 de octubre, la oposición también se ha tropezado con la piedra de la investigación penal por presunto fraude que adelanta el Ministerio Público y para la cual han sido citadas, hasta ahora, cerca de 30 personas. El proceso abarca al presidente y la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria, Jesús María Casal y Mildred Camero, respectivamente, y a Roberto Abdul, miembro de la Comisión y directivo de Súmate, así como al asesor técnico Francisco Castro y directivos de varias de las Juntas Regionales de Primaria.
Luego de las primarias se ha registrado «una transformación completa del paisaje opositor», «un sacudón», enfatiza el politólogo Ángel Álvarez en entrevista telefónica desde Canadá.
Recuerda que la oposición ha estado controlada desde 2006 por organizaciones políticas y en tal sentido recuerda que los candidatos que intentaron competir con el expresidente Hugo Chávez fueron Manuel Rosales, Julio Borges y Teodoro Petkoff: los primeros eran dirigentes de partido y el último procedía de una tendencia política establecida. El gobernador del Zulia fue el candidato escogido por la mayoría opositora para enfrentar a Chávez.
Refiere que en 2010, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) era una coalición de partidos, en 2012 las primarias fueron ganadas por el dirigente de un partido (Henrique Capriles) y así se movieron los escenarios en los años siguientes, como ocurrió con el G4.
«Los liderazgos marginales no partidistas tenían poca incidencia. En estas primarias resultó electa una candidata que tiene un micro partido y una especie de organización electoral de su candidatura y recibe 92% de los votos del electorado, hay un desdibujamiento completo de los partidos», asevera Ángel Álvarez.
Proceso en curso
Para el politólogo Luis Salamanca hay un reacomodo claro, «pero es un proceso que está en curso».
Destaca que, en primer lugar, hubo un reajuste tras la elección de la candidata María Corina Machado y recuerda que la dirigente venía de cuestionar fuertemente a los sectores opositores que se expresaban en la MUD y después en la Plataforma Unitaria: «Machado siempre actuó anti G4 y sus directivos».
Añade que tras esto, la hoy candidata se inscribió en las primarias al ver la posibilidad de ganar y porque aspiraba derrrotar a la dirigencia opositora tradicional.
«María Corina Machado es una nueva camada de opositores y su arribo a la candidatura presidencial configura un giro muy profundo en el seno opositor y posiblemente pueda generar acuerdos más de fondos entre ella y otros opositores que participaron en las primarias y con otros sectores», subraya Luis Salamanca.
Oposición acusa recibo
Por su parte, Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas, indica que tras el schock inicial, el proceso de reestructuración de la oposición está arrancando.
«Es un proceso cuya primera parte fueron las elecciones primarias en la cual muchos de los líderes de la oposición no creían los números. Luego, las primarias y la post primarias cuando se recibe un número tan extremadamente pequeño de la sumatoria de los candidatos, entonces primero vinieron un par de semanas de schock y ni siquiera hemos llegado al mes de las primarias. Es un proceso que apenas está arrancando; hay muchos intereses en juego y que no sabemos todavía qué derroteros va a tomar», explica.
El investigador añade que «la exdirigencia opositora ya recibió, hizo acuse de recibo del profundo rechazo de la sociedad civil a lo que han sido 23 años de una pésima conducción. La paradoja es que ellos no han tomado las acciones como para dar un paso de lado y trata de salir de la palestra pública y dejar al 100% el protagonismo a la nueva líder de la oposición venezolana, que es además una líder por aclamación: María Corina Machado».
Varnagy expresa que María Corina Machado está al frente de un proceso que va de cara a la voluntad de los electores y no para complacer al gobierno.
¿Qué pasa con la unidad?
Para Ángel Álvarez la unidad la produjeron los electores de forma casi unánime en torno a una candidata.
«Los que no participaron o resultaron perdedores en las primarias de la oposición tienen dos alternativas: o se suman a esa coalición tratando de preservar ese espacio o se van por su lado y se enfrentan. Pero, unidad nunca ha existido en Venezuela salvo una coalición electoral en el 2010 y otra en 2015 y en las coaliciones electorales de 2012 y 2013», enfatiza Àlvarez.
Agrega que luego de las primarias se logra un mayor nivel de unificación de las preferencias: no había habido ningún partido opositor que obtuviese el alto porcentaje que ostenta María Corina Machado.
Lea más en Tal Cual