Tres exmilitares de Estados Unidos han declarado en un subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes que el gobierno estadounidense guarda pruebas de naves extraterrestres y de restos biológicos de sus ocupantes «no humanos».
Unas afirmaciones que se han producido bajo juramento y que han sorprendido por su contundencia. De hecho, David Grusch, un oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ha llegado a asegurar que él mismo ha vislumbrado esos ovnis en movimiento, viéndolos «pasar de posición estacionaria a velocidad supersónica en una fracción de segundo. No tengo explicación para ello», apuntaba.
Por ello, una vez más surge la duda de qué es exactamente lo que se conoce por ovni. El término no es más que las siglas de «objetos voladores no identificados», lo cual sugiere la existencia de elementos que pueden volar y cuyo origen es desconocido. Este término fue creado precisamente por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1953 y proviene de la traducción de UFO (Unidentified Flying Object).
Tipos de ovnis
Aunque el criterio para calificar algo como ovni parece ser todo aquello que vuele y no se pueda identificar, la propia Fuerza Aérea de Estados Unidos creó unos dictámenes para discriminar los distintos tipos de ovnis, según su observación. Se trata del Proyecto Libro Azul, iniciado en 1952 y que estuvo activo hasta 1969.
En él se distinguen avistamientos lejanos y cercanos. Los primeros se dan a más de 150 metros de distancia e incluyen tres categorías:
Discos redondos: son vistos durante el día y cuentan con formas redondas atípicas.
Ecos de radar: se trata de señales detectadas en radares sin identificación.
Luces nocturnas: colores luminosos que se muestran en el cielo durante la noche y difieren a los de los aviones o cualquier tipo de aeronave propia de la actividad humana.
En el caso de los cercanos, se componen por aquellos observados a una distancia menor a 150 metros, y se establecen igualmente varias divisiones:
Primer tipo: en este caso se da la posibilidad de que el objeto indeterminado en cuestión se encuentre sobre el suelo y pueda parecer que tiene capacidad para volar.
Segundo tipo: se trata de presencia de huellas, marcas o quemaduras atípicas sobre la tierra, cuyo origen es desconocido y no tiene una explicación lógica.
Tercer tipo: este tipo de avistamiento incluye la presencia de un tripulante junto al ovni en cuestión, lo que indicaría una entidad biológica extraterrestre junto al objeto.
A esas dos categorías, el ufólogo uruguayo Fabio Zerpa, que falleció en 2019, agregó otras tres subcategorías de encuentros cercanos:
Cuarto tipo: cuando el testigo del ovni afirma haber entrado en la nave o haber experimentado una abducción por la misma.
Quinto tipo: sugiere la presencia de comunicación telepática.
Sexto tipo: encuentro de señales radiales o radioastronómicas.
23% de avistamientos sin explicación
Gracias a esta clasificación, en 1969 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos había reunido unos 40.000 informes diferentes. El resultado fue que 27% de los expedientes ovni eran estrellas, planetas y otros objetos astronómicos.
Otro 27% de los avistamientos se debieron a globos y aviones y 23% fue producido por meteoritos, satélites artificiales y otros objetos cercanos a la Tierra.
Sin embargo, hubo otro 23% que quedó sin explicación. A pesar de ello, las Fuerzas Armadas estadounidenses hicieron suposiciones sobre la mayoría de los casos y afirmaron que podían haberse llegado a resolver en el caso de que los observadores hubiesen aportado más datos sobre los objetos avistados.
Por El Debate
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