Para este 28 de julio, cuando Perú conmemora su declaración de independencia de 1821, se anunciaron protestas en todo el territorio nacional, incluida la capital.
Cerca de la Plaza de Mayo de la capital, una serie de colectivos se movilizó para exigir la renuncia de Boluarte, el adelanto de elecciones y la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Un grupo de protestantes provenientes de varias regiones, como Ayacucho, Tacna y Puno, arribó a Lima para demandar un cambio de ciclo político en la nación andina.
«No habrá paz si no paran la represión y alcanzan justicia las víctimas», aseguró la congresista Margot Palacios, una de las que expresó su repudio a la mandataria cuando entró al hemiciclo del Parlamento.
La Defensoría del Pueblo exigió tanto a la PNP como a la Fiscalía de la Nación que investiguen los casos de personas heridas, incluyendo los periodistas, quienes resultaron lastimados «durante el ejercicio de su derecho a la protesta pacífica».
Llamado de Boluarte
«Tiendo mi mano y propongo firmar un pacto de reconciliación, un pacto por la vida, por la paz, por la justicia, por la igualdad», exhortó la jefa de Estado en su discurso en el Congreso.
Sobre las muertes ocurridas durante las protestas en su contra, por las cuales pidió perdón en nombre del Estado, reconoció que «no hay forma de reparar ni devolver la vida».
«Eso lo tenemos claro. No obstante, para resarcir en algo la irreparable dimensión de la pérdida de sus seres queridos y las lesiones sufridas por los heridos, mi Gobierno dispuso una ayuda integral en favor de los deudos y los afectados», dijo.
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