Desde el primer día de su mandato, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, empresario, banquero, miembro del Opus Dei, estuvo en la línea de mira del poderoso y adinerado bloque del socialismo del siglo XXI, que intentó vacarlo a cualquier precio por derrotar a su candidato, Guillermo Arauz, exministro de Conocimiento y Talento Humano en el gobierno de Rafael Correa.
En la primera vuelta de las elecciones Arauz obtuvo 3 millones 33 mil votos y Lasso 1 millón 830 mil, una amplia diferencia de 1 millón 230 mil sufragios (13 % de ventaja) que lo proyectaba como seguro ocupante del Palacio de Carondelet.
El Grupo de Puebla (GP) no pudo ocultar su júbilo y publicó un emotivo comunicado en que felicitó “el extraordinario trabajo de Arauz y de su equipo de campaña, quienes, sorteando todo tipo de obstáculos y amenazas legales y políticas, consiguieron un importante apoyo para el proyecto progresista inspirado en la revolución ciudadana del expresidente Rafael Correa, que debe seguir adelante”.
Dicha organización (GP) reúne a mandatarios o exmandatarios de la región: Lula y Dilma Rousseff de Brasil; Rafael Correa de Ecuador; Evo Morales y Luis Arce de Bolivia; Gustavo Petro y Ernesto Samper de Colombia; Jorge Rodríguez, vicepresidente de Venezuela; Alberto Fernández y Cristina Kirchner de Argentina; José Mujica del Uruguay; Fernando Lugo de Paraguay.
También son parte del GP Maximiliano Reyes, subsecretario para América Latina y el Caribe de México, persona de confianza de López Obrador; Aída García Naranjo y Verónika Mendoza de Perú, y el expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, alabardero asalariado del dictador Nicolás Maduro.
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