La comunicación interhumana siempre dependerá del entorno social porque está en su naturaleza; y la principal forma de lograr esta comunicación es a través del lenguaje. Por lo tanto, el lenguaje, su estudio y aplicación está sometido a los cambios y evoluciones del ser humano, entre las que se encuentra el mundo digital. Esto quiere decir que hay una estrecha relación entre el modelo pedagógico conectivista y la enseñanza de la lengua materna.
Para entender esto mucho mejor, se debe hablar del conectivismo como teoría de enseñanza, el cual relaciona diferentes principios de las teorías de redes, del caos, autoorganización y la de complejidad (Siemens, 2004). Esta combinación permite consolidar un modelo educativo que tome en cuenta las interacciones del estudiante en un entorno físico y social con uno virtual y más amplio; entendiendo que todo está relacionado con todo y que el estudiante toma un papel mucho más activo en el proceso de autoaprendizaje.
Al relacionar esto con la enseñanza de la lengua materna, más específicamente la Morfosintaxis del Castellano, se entiende la comunicación como principal función del lenguaje, la cual permitirá esta interconexión en un entorno físico o virtual. Para enseñar lengua, es necesario poner al estudiante en contexto de que toda comunicación requiere la aplicación de redes de aprendizaje. Es decir, que el comunicador en formación tenga la oportunidad de discutir y relacionar los conocimientos teóricos con personas de su entorno, redes sociales, aulas virtuales, páginas web y cualquier otra herramienta digital que garantice una globalización de esas ideas.
Siemens (2012) afirma que la inteligencia no es algo que se tiene en la mente de una persona, sino la capacidad de interconexión y de formar parte de estas plataformas digitales. En otras palabras, la inteligencia se encuentra en el globalismo interconectado que permite compartir conocimientos en tiempo real en cualquier parte del mundo con cualquier persona. ¿Y esto cómo es posible? a través de competencias comunicativas y análisis crítico.
En una conferencia dictada en Lima, Siemens (2012) mencionaba que dentro de un modelo conectivista la educación no puede seguir siendo en bloques o unidades de contenido, sino que se debe inclinar por competencias y estas se irán nutriendo a medida que el estudiante avanza en su proceso de aprendizaje, en lugar de estar preestablecidos. Afirma que esto es lo que requerirán los trabajos del futuro. De hecho, en la actualidad, más que ser profesional y tener un título, las empresas buscan personal capacitado y competente para resolver problemas prácticos. Que sepan desenvolverse en entornos digitales, con competencias comunicativas en tendencia. Y estos aspectos no siempre vienen de una formación unilateral que busca la duplicidad de ideas y conceptos.
No obstante, aunque esto suene muy bonito y fácil de aplicar, no deja de ser un reto relativamente utópico. Porque aunque los estudiantes de pregrado en la actualidad son nativos digitales y tienen muchas competencias del mundo digital, la realidad es que demuestran carencias en pensamiento crítico, curiosidad y autoformación. Es cuesta arriba, aunque no imposible, esperar que el estudiante de pregrado tome parte activa, participe y sea parte de la creación de su currículo.
Ya es un reto para ellos el desarrollar un pensamiento crítico de su propia lengua y realizar análisis basados en el contexto. Para algunos, incluso, es cuesta arriba responder un formulario en línea, participar en un foro de discusión o hasta enviar un correo electrónico. Entonces el docente ya no es solo un profesor de lengua, impartiendo clases teóricas, sino que debe ingeniárselas para desarrollar competencias digitales, explicar paso por paso el uso de plataformas educativas, sacarle provecho a las redes sociales como herramientas educativas o aprender a usar la Inteligencia Artificial como apoyo de estudio.
En la actualidad hay múltiples herramientas digitales que facilitan el acceso, la creación y la distribución de información, y cada día nacen más. Esto también se convierte en otro reto para el docente que debe hacer un trabajo de filtrado y análisis previo para evaluar cuáles son las ideales para el grupo y el contexto con el que está trabajando.
Es allí donde se ve esa aplicación del conectivismo con la enseñanza del lenguaje, de manera que ambos se complementan para crear a los profesionales que exige el mundo actual, cada vez más digitalizado y donde son necesarias las competencias intelectuales para un futuro interconectado.
Karla Katherine Medina Pernía, comunicadora social.
SuNoticiero