Nicolás Maduro recibió este miércoles en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, al empresario colombiano Álex Saab, horas después de ser liberado en Estados Unidos -mediante negociaciones con el Gobierno-, donde estaba acusado por el delito de conspiración para blanqueo de dinero.
Minutos después de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, que sirve a Caracas, Saab, a quien Venezuela considera un diplomático, llegó a la sede del Ejecutivo acompañado por su esposa, Camilla Fabri, y la primera dama, Cilia Flores.
El empresario, señalado por la Justicia estadounidense como «testaferro» de Maduro, estuvo detenido desde el 12 junio de 2020, cuando fue arrestado en Cabo Verde, que lo extraditó a Miami el 16 de octubre de 2021.
Maduro recibió con abrazos a Saab, a quien calificó como «un hombre valiente y patriota» que «resistió por 40 meses las condiciones más adversas y dolorosas de secuestro», en alusión al tiempo que estuvo en prisión.
«Ha triunfado la verdad», remarcó el líder oficialista, quien insistió en que el empresario estuvo recluido en una «cárcel inmunda», donde fue sometido a «tortura física, psicológica, amenazas y mentiras».
Maduro agradeció al emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, por actuar como un «facilitador brillante de exquisita diplomacia para los diálogos» entre Caracas y Washington, que permitieron este «canje» de detenidos, por el que una treintena de «presos políticos» fueron puestos en libertad hoy en Venezuela, entre ellos una decena de estadounidenses.
Además, Maduro reiteró a Joe Biden su disposición para unas relaciones «cara a cara» y «con respeto» entre ambos países, que no comparten embajadores desde 2010.
Saab, por su parte, agradeció al gobierno de Maduro por lograr el «milagro» de su liberación, alcanzada luego de años de gestiones.
Según la acusación, entre noviembre de 2011 y septiembre de 2015, Saab y su mano derecha, Álvaro Pulido -detenido en abril de este año en el país caribeño por supuesta corrupción-, se confabularon con otros individuos para lavar sus ganancias ilícitas y transferirlas desde Venezuela hasta cuentas bancarias en EE. UU., razón por la que Washington tenía jurisdicción en el caso.
EFE