Los funcionarios del Estado venezolano continúan haciendo uso de la tortura como parte de la política estatal para silenciar, desalentar y anular la oposición al gobierno de Nicolás Maduro, indicó la Misión Internacional Independiente de la ONU de Determinación de los Hechos sobre Venezuela en un informe divulgado este miércoles.
La misión de la ONU investigó los casos de 28 personas (22 hombres y 6 mujeres incluyendo una mujer transgénero) víctimas de tortura o de malos tratos contra personas opositoras o percibidas como tales en el marco de la represión selectiva.
«Al igual que fue documentado en los informes anteriores de la Misión, la tortura y los malos tratos se produjeron en combinación con otras violaciones de derechos humanos»; dice el informe.
La misión aseguró además que los actos de tortura fueron cometidos contra personas opositoras al gobierno, reales o percibidas, incluyendo personas defensoras de los derechos humanos y activistas de ONG, políticos, sindicalistas, periodistas, familiares de personas opositoras, y otras personas percibidas como opositoras políticas.
Asimismo, las torturas y malos tratos se cometieron en contra de oficiales militares y civiles en el marco de operaciones de contrainsurgencia. «En todos los casos, las personas estaban bajo el control de los funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado, o recluidos en centros de detención oficiales o clandestinos operados por ellos».
Formas de tortura y otros tratos o penas crueles
Los actos de tortura y malos tratos contra la integridad física de las personas que han sido documentados por la misión, comprenden los siguientes:
Golpes (sobre todo en la cabeza, costillas, glúteos, testículos, piernas, y dedos de las manos y pies).
• Suspensión de las muñecas o tobillos.
•Asfixia con bolsas en la cabeza, a veces rociadas con insecticida.
• Ingestión de bebidas con estupefacientes.
• Exposición toda una noche al aire acondicionado a baja temperatura con el cuerpo desnudo recibiendo constantemente golpes y baños de agua fría.
• Descargas eléctricas en los testículos.
• Quemaduras de cigarrillo.
• Quemaduras químicas en la cara.
• Inhalación de gases lacrimógenos.
• Privación del sueño, luz constante las 24 horas del día y música a todo volumen.
• Reclusión en régimen de aislamiento prolongado o en celdas de castigo.
• Violación, amenaza de violación, y otros actos contra la integridad sexual.
«Estas formas de tortura y malos tratos son coherentes con los patrones documentados por la Misión en sus informes anteriores, y que fueron infligidos por funcionarios del Sebin, de la DGIM y de otros cuerpos de seguridad».
Por El Nacional