Tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado lunes 21 de abril en su residencia de Santa Marta en Ciudad del Vaticano, el mundo ha posado sus ojos en los protocolos que rigen en la Santa Sede.
Uno de ellos atañe a la vestimenta y se conoce como ‘el privilegio de blanco’.Se aplica a un reducido grupo de seis personas en todo el mundo que cuentan con una excepción que data de hace siglos.
En general, las reglas dictan que en las audiencias ante el sumo pontífice las mujeres deben vestir de negro riguroso, sin embargo, seis monarcas tienen el privilegio de lucir atuendo de color blanco, al igual que el papa, que si bien puede significar pureza, también puede representar poder.
Esta prerrogativa se remonta a la escisión anglicana de la Iglesia católica que tuvo lugar en el siglo XVI y ‘premia’ a las monarcas (ya sean reinantes, consortes o eméritas) de países católicos que en aquel entonces mostraron su respaldo al papa de Roma.