El informe anual de 2022 de la ONG Fundaredes refleja que la desigualdad social en en el país es una de las principales situaciones a las que se enfrentan los ciudadanos. Lograr satisfacer necesidades básicas como acceso a la salud o la educación es cada vez más complejo en Venezuela. En el documento se tuvo en cuenta a la población que habita los estados Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia.
A partir de un monitoreo diario del sistema educativo venezolano, Fundaredes encontró que la infraestructura es un tema preocupante, pues algunas escuelas y universidades “se encuentran en total abandono y existe un nulo mantenimiento de pintura, arreglo de techos o paredes, lo cual hace que las clases presenciales de los estudiantes no siempre se puedan realizar. Se mantiene en constante alerta la integridad sobre todo de los más vulnerables del sistema educativo en todos sus niveles como son niños, niñas y adolescentes”, explica el documento.
“La encuesta arrojó que la mayoría de las instituciones están en mal estado: 38% de los planteles públicos, 17,5% de ellos son rurales y 21,05% son públicos urbanos. En el caso de los planteles privados, solo un plantel indicó tener aulas en mal estado. 22% de las instituciones no tiene canchas deportivas ni otros espacios para la actividad física de los estudiantes. 30,5% sí tiene, pero está en mal estado. Otro 40% indica que sus pupitres están en mal estado, de estos, 24% reporta que, además de no estar en buenas condiciones, no son suficientes para cubrir la matrícula”.
Esta situación, sumada a la falta de recursos económicos, ha generado que muchos docentes abandonen las aulas. “Los ingresos económicos no son acordes a su elevado nivel de preparación académica. Se puede establecer un promedio de ingreso mensual de 50 dólares por solo ejercicio docente, este ingreso puede variar dependiendo del caso. Es un ingreso demasiado bajo, tomando en consideración que más de 92% de los docentes posee estudios universitarios y casi la mitad posee estudios de posgrado”, señala uno de los docentes que participaron en el estudio.
El informe muestra que otro problema al que se enfrenta la educación en Venezuela es la inseguridad. Según Fundaredes, dos de cada tres centros educativos han sido víctimas de hurto y muchas instituciones rurales están en zonas con presencia de grupos armados ilegales (GAI). “11% de los docentes (8% del total de encuestados) manifestó que los GAI se han insertado en el desarrollo de sus actividades educativas. A pesar de ser una minoría de casos, es una cantidad que no se puede dejar pasar por alto”.
En el caso de las poblaciones indígenas, el estudio explica que quienes deseen que sus hijos asistan a una institución educativa deben, en muchas ocasiones, acudir a otros países vecinos. Por ejemplo, una gran parte de la población infantil de Puerto Ayacucho, en el estado de Amazonas, tiene que viajar diariamente a Colombia para poder estudiar en la Institución Educativa Antonia Santos de Casuarito.
Por último, la organización documentó la emergencia de salud en el sistema educativo de Venezuela, destacando que hay poblaciones vulnerables que se enfrentan a problemáticas como desnutrición, poco acceso a la salud y el incremento de enfermedades infecciosas en algunas regiones del país.
Con información de El Tiempo