La frontera entre EE.UU. y México se vacía mientras los migrantes son expulsados o procesados

14 mayo, 2023

Ni invasiones apocalípticas ni disturbios incontenibles. El Paso, municipio texano que comparte frontera con Ciudad Juárez, amaneció con tranquilidad bajo el Título 8, la medida gubernamental impuesta desde Washington que endurece la normativa para el asilo de los emigrantes y sustituye las expulsiones en caliente por deportaciones, con penas de hasta cinco años sin poder ingresar en Estados Unidos, reseña El Mundo.

Los temores de quienes vaticinaban que la oleada migratoria inundaría sus hogares y quienes también permanecían en alerta, tras capítulos de violencia salvaje como la vivida en la también texana Brownsville, donde un hombre con antecedentes y cegado por las drogas atropelló a 18 emigrantes venezolanos, matando a ocho de ellos junto a un refugio, han desaparecido de momento, aunque hay una realidad que afecta a sus vidas: EEUU vuelve a ser el sueño dorado, sobre todo para latinoamericanos y caribeños.

«Tenemos que tratar a todos como queremos que nos traten a nosotros», insistió para TeleMundo Óscar Leeser, alcalde demócrata de El Paso, quien ha visto cómo los miles de emigrantes que pernoctaban en sus calles hace unos días han desaparecido en su mayoría como por arte de magia, procesados una parte por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y expulsados gran parte de nuevo para México, sobre todo hombres solos.

Como el venezolano Richard (nombre figurado) y sus tres compañeros del estado de Falcón, quienes durante horas creyeron que habían conquistado el sueño americano tras seis semanas de odisea por las Américas. Tras permanecer varios días refugiados en una iglesia católica del Sagrado Corazón, «conseguimos subir a un autobús camino de Denver, donde tenemos familia. Pero había una alcabala (control policial), nos bajaron y aquí estamos otra vez», en Ciudad Juárez, se lamentó.

Este grupo de venezolanos no tuvo la suerte de otros, atraídos como tanto miles por el fin del controvertido Título 42. «Una buena política fue dejar entrar la gente por algunas semanas antes del paro de T42. Esto ayudó a que hoy no haya tanta gente. Pero todavía no sabemos qué nos espera. El T42 has sido una causa de mucha violencia y muchos muertos. Ojalá que pongan de una vez un sistema que funcione y tenga lógica«, explicó a EL MUNDO Jeremy Slack, profesor del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Texas.

Ni en El Paso ni en Ciudad Juárez tienen dudas de que la gran oleada va a continuar, pese a las duras medidas tomadas por México en las últimas horas con el cierre de albergues y con el freno a la emisión de permisos para atravesar su país.

La nueva política migratoria ha impuesto por la fuerza de los hechos un tiempo de reflexión a los miles de emigrantes: casi todos intentan conseguir una cita para pedir asilo a través de la aplicación CPB One, puesta en marcha hace semanas por Washington; otros han decidido buscar trabajo, mientras los más desesperados y los que cuentan con ayuda en EEUU buscan a coyotes y polleros, que han elevado sus precios en la nueva tesitura.

La promesa es que se concederán mil citas diarias por la app CPB One, lo que no supone en absoluto que el asilo de todos ellos se vaya a concretar. Además, los emigrantes se quejan de los continuos errores de la aplicación.

Sigue leyendo en El Mundo.

SuNoticiero 

SuNoticiero