Israel continuó bombardeando intensamente este miércoles la asediada Franja de Gaza, transformada en parte en un campo de ruinas, en respuesta a la ofensiva del movimiento islamista palestino Hamás, en una guerra que ha causado ya miles de muertos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó la ofensiva sorpresa de Hamás, lanzada el sábado, como una salvajada que no se veía desde el Holocausto perpetrado por el nazismo, y prometió que su país vencerá por medio de la fuerza.
El ataque de Hamás dejó en suelo israelí más de 1.200 muertos, entre ellos 169 soldados, según el Ejército, así como cientos de civiles masacrados por los islamistas en cooperativas agrícolas y en una fiesta celebrada el sábado.
Israel respondió bombardeando desde el sábado el empobrecido y superpoblado enclave palestino, movilizó a 300.000 reservistas y desplegó a decenas de miles de soldados alrededor de Gaza y en la frontera norte con Líbano, donde este miércoles cruzó fuego de nuevo con el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás.
Al menos 1.055 personas murieron y 5.184 resultaron heridas en la Franja de Gaza, según las autoridades locales. Hamás dijo que perdió a dos altos responsables en las operaciones israelíes.
«Estamos atrapados, no sabemos dónde ir y no podemos quedarnos porque nuestro piso está cubierto de cristales rotos y de metralla», dijo a AFP Mohammed Mazen, un gazatí de 38 años, padre de tres niños.
En los hospitales, la situación es catastrófica, y el de Al Shifa, en la ciudad de Gaza, está repleto de heridos. «Algunos mueren antes de ser atendidos», dice un médico.
La ONU afirmó que el asedio total de la Franja, donde más de 260.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, está prohibido por el derecho internacional humanitario.
Temores por los rehenes
La Franja, donde viven 2,3 millones de palestinos, está bajo asedio de Israel, que cortó el suministro de agua, electricidad y comida.
La madrugada del miércoles, al menos 30 personas fallecieron en el enclave en los bombardeos israelíes, que afectaron edificios de viviendas, fábricas, mezquitas y tiendas, según anunció Hamás, que gobierna el territorio.
Según el Ejército israelí, varios objetivos del movimiento islamista fueron alcanzados.
Los aviones de combate israelíes bombardearon igualmente la Universidad Islámica, vinculada a Hamás, y derribaron varios edificios, según constató un corresponsal de AFP.
Israel anunció el martes haber recuperado el control de su frontera con la Franja de Gaza, tras días de combates con los islamistas.
La ofensiva de Hamás suscitó múltiples condenas internacionales, así como preocupación por un asalto terrestre israelí en Gaza.
El papa Francisco pidió la liberación inmediata de los rehenes capturados en Israel por Hamás, y se dijo muy preocupado por el asedio israelí de la Franja de Gaza, donde hay también muchas víctimas inocentes.
Hamás había amenazado con ejecutar a los rehenes en caso de proseguir los ataques israelíes. Entre ellos hay jóvenes secuestrados cuando participaban en una fiesta el sábado por la mañana, donde unas 250 personas fueron masacradas, según una ONG israelí.
La presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, calificó el ataque sorpresa de Hamás de acto de guerra.
EFE