El Instituto Casla presentó este martes en Madrid su nuevo informe sobre hechos de tortura a presos políticos, censura de medios de comunicación y casos de corrupción en Venezuela. Tamara Sujú, máxima representante de la organización, aprovechó para repudiar los comentarios del presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, aseguró que la violación a los derechos humanos del chavismo constituye una «construcción narrativa».
Sujú compartió un manual de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en el que se indican modos de operación que utilizan funcionarios de ese organismo contra los detenidos.
Manifestó que se trata de un descubrimiento impresionante, pues nadie esperaría que existieran esas medidas por escrito. Sin embargo, señaló que evidentemente lo tendrían porque el oficialismo se siente protegido e intocable.
Compartió testimonios de las víctimas de torturas por funcionarios de cuerpos de seguridad venezolanos, entre ellos la Dgcim.
Las víctimas enumeraron las torturas que padecieron, entre ellas violaciones con objetos, tortura psicológica y electricidad en zonas sensibles.
La directora del Instituto Casla se refirió a las declaraciones del presidente de Brasil, que el lunes aseguró que la situación en Venezuela responde a una «construcción narrativa».
Sujú respondió que la situación de los presos políticos existe. Y contrario a lo que afirma Lula, que «todo en Venezuela ha sido una narrativa antidemocrática, cuando este manual dice que el jefe de la banda es Nicolás Maduro; hasta cuándo lo vamos a blanquear». «¿En qué momento dejó de ser Maduro un criminal?,¿en qué momento dejó de cometerse crímenes de lesa humanidad en Venezuela?, si aún hoy siguen sucediendo».
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