El viento y las altas temperaturas complicaron la extinción del primer gran incendio forestal del año en España, registrado el jueves en la provincia mediterránea de Castellón y que sigue sin control, después de quemar 3.000 hectáreas y obligar al desalojo de unas 1.750 personas.
Según las primeras hipótesis que manejan los técnicos, el fuego tuvo su origen en una mala práctica durante una quema agrícola.
Aunque la evolución del fuego «no ha sido negativa esta noche», la situación podría complicarse en las próximas horas por las elevadas temperaturas, que alcanzan ya los 20 grados, y el viento de poniente, «complejo y complicado» y con rachas que pueden alcanzar los 40 kilómetros/hora, según los responsables de seguridad y emergencias.
Las previsiones meteorológicas para los próximos días «no son aliadas» ni «esperanzadoras» y «dificultan mucho la extinción», a lo que hay que sumar una orografía «muy complicada», ya que se trata de una zona de barrancos y grandes desniveles. Esto de acuerdo con las mismas fuentes.
La situación se complica también por la sequedad del terreno. Esto debido a que en los últimos meses, en la zona ha llovido menos de la mitad de lo normal para la época.
En las labores de extinción trabajan 18 medios aéreos y 400 personas sobre el terreno.
EFE
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