Cada vez son más evidentes y con mayores abusos los ataques que deben sufrir los perseguidos políticos en Venezuela a mano de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, especialmente de cuerpos como la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de su ejército de colectivos. Así lo considera la activista política de Un Nuevo Tiempo, Gabriela Carolina de Jesús Montiel Gonzáliez, quien vivió en carne viva el abuso de poder de estos cuerpos.
Gabriela confiesa que su familia siempre ha sido perseguida por los esbirros del chavismo debido a sus inclinaciones políticas, pues siempre han estado en contra del gobierno de Maduro. Sin embargo, durante los últimos tiempos esta persecución se ha intensificado obligándola a vivir prácticamente aislada para tratar de mantenerse a salvo. De hecho, esta denuncia ocurre cuando decide salir a la ciudad y es detectada por funcionarios de la GNB.
El hecho ocurrió el pasado lunes 4 de octubre, cuando Gabriela debió viajar de Ciudad Ojeda a Maracaibo y cuando estaba pasando el Puente sobre el Lago fue detenida por un grupo de GNB, quienes llamaron a un grupo de colectivos para que hicieran el trabajo sucio.
“Una vez tomaron mis datos de identidad se dieron cuenta de quién era, me hicieron bajar del transporte y me metieron en una celda del comando. Allí no había ningún tipo de ventilación y se sentía un calor infernal, me imagino que era algún tipo de tortura para hacerme confesar luego”, reseña González.
Tal como especifica la joven, no había razón para que la tuviesen retenida en aquel lugar, salvo vanagloriarse entre ellos y remarcar su posición de poder político. Es por eso que durante las horas que Gabriela estuvo en esa celda se burlaron de sus preferencias políticas y la amenazaron de muerte en reiteradas ocasiones: “Yo veía cómo disfrutaban haciéndome daño mientras yo me encontraba vulnerable y desprotegida. Al final me dejaron salir pero solo con la advertencia de que fuera para ‘despedirme de mi familia’ porque me querían muerta y eso me heló la sangre”, recuerda.
Gabriela fue liberada a las 7:00 pm. Simplemente la dejaron salir a esa hora en la Cabecera del Puente donde tuvo que arreglárselas para poder volver a donde se estaba quedando. Este traumático episodio la dejó muy marcada emocionalmente y por eso busca hacer justicia difundiendo su experiencia mediante esta denuncia.
“Sé que si voy a poner la denuncia ante las autoridades no seré escuchada, ya me ha pasado antes. Pero confío que si hago mi relato público es probable que los cobardes que me hicieron esto algún día paguen lo que hicieron. A mí solo me queda tratar de resguardarme para mantenerme a salvo de cualquier peligro y hago constar que estoy bajo amenaza directa de estos funcionarios, así que si algo llegara a pasarme sería responsabilidad de la represión chavista”, expresa.
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