Dirigentes chavistas cercanos a Nicolás Maduro, generales, colaboracionistas, jueces, rectores electorales y torturadores de Helicoide y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
Estos son los 55 grandes beneficiados de la iniciativa tomada por el Gobierno español para que la Unión Europea (UE) no renueve las sanciones contra la revolución bolivariana, que comenzaron a imponerse tras las elecciones regionales de 2017 y continuaron tras el fraude de las elecciones presidenciales de 2018.
La UE prohibió la entrada a su territorio de los 55 sancionados, además de ordenar que se congelaran todos sus bienes y activos en el territorio. Las sanciones también suponen el embargo para la venta de armas, usadas por las fuerzas policiales y militares para la represión contra la sociedad civil.
La excusa utilizada por el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, es que EEUU ha flexibilizado sus sanciones en el campo energético. Pero la Administración de Joe Biden mantiene todas las sanciones personales, incluida la recompensa de 15 millones de dólares para quien aporte información que facilite la captura del “presidente pueblo”.
El Tribunal de Justicia de la UE desestimó en 2021 los recursos presentados por 10 de los sancionados.
LÍDERES CHAVISTAS
A la cabeza de los 55 está Diosdado Cabello, número dos de la revolución, cuya inclusión en la primera lista de sancionados provocó un inédito incidente diplomático con España. El ex militar forzó la expulsión del entonces embajador español, Jesús Silva, quien regresó al país petrolero tres meses más tarde. Cabello encabeza hoy la facción más dura del chavismo, que se niega a avanzar un centímetro hacia una transición.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez, mano derecha de Maduro, fue sancionada a mitad de 2018, poco después del fraude en las elecciones presidenciales. Meses después, en enero de 2020, Delcy protagonizó el escándalo de su entrada a España a través del aeropuerto de Barajas, pese a estar sancionada. La vicepresidenta había preparado una agenda amplia de encuentros con su interlocutor español favorito, José Luis Rodríguez Zapatero. El affaire afectó directamente al entonces ministro José Luis Ábalos.
Otros líderes bolivarianos sancionados son el antiguo zar del petróleo, Tareck El Aissami, caído en desgracia hoy tras la purga en las filas gubernamentales, y el gobernador fronterizo Freddy Bernal.
MILITARES
Conforman la guardia de corps de Maduro, fundamentales para que el conductor de victorias se haya atornillado en el país pese a la debacle económica y social que sufre Venezuela y el rechazo popular. A la cabeza de los sancionados figura el mayor general Antonio José Benavides, antiguo comandante de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), cuerpo militar encargado de la represión. También el actual ministro de Energía Eléctrica, el general Néstor Reverol, quien estuvo al frente del Ministerio de Interior y de la GNB. Otros generales, como Sergio Rivero, Jesús Suárez Chourío, y el almirante Remigio Ceballos han ocupado los puestos más importantes en el Ejército y han seguido cerca de Maduro, incluido el seno del Gobierno. Ceballos es el actual ministro de Interior.
TORTURADORES
La UE, alentada por sus diplomáticos en Caracas, tuvo especial empeño en sancionar a quienes participan de forma directa, o bajo sus órdenes, en las torturas que se aplican a los presos políticos, recogidas en todos los informes de Naciones Unidas y de las organizaciones proderechos humanos.
Uno de los más conocidos es Alexander Granko, teniente coronel acusado de dirigir lo malos tratos personalmente en los calabozos de la Dirección General de Inteligencia Militar (DCGIM), convertida desde hace años en el principal centro de torturas del continente. Sobre Granko pesa también la acusación de estar detrás de la muerte, bajo torturas, del capitán Rafael Acosta. “No se cubría la cara durante las torturas, él mismo amenazaba a las víctimas, les propinaba golpes y les aplicaba otros medios severos de tortura”, certificó la Misión Independiente de Naciones Unidas, que también acusó a Granko de liderar el asedio y la ejecución del grupo del policía rebelde Óscar Pérez.
Con información de El Mundo