La petrolera estadounidense Chevron dijo el miércoles que cumplía con las sanciones de Estados Unidos para el cese de su producción en Venezuela, después de que su licencia para operar en el país expiró esta semana.
Se trata de la licencia 41B, la cual finalizaba en abril y fue prorrogada hasta el 27 de mayo para dar tiempo al desmontaje de las operaciones, por decisión de la administración de Donald Trump.
La medida fue impulsada en parte por los parlamentarios María Elvira Salazar, Mario Díaz Balart y Carlos Giménez, llamados los Crazy Cubans, republicanos de La Florida y férreos enemigos del chavismo. A ellos se les suma el secretario de Estado, Marco Rubio, quien lleva una línea dura en contra del régimen de Nicolás Maduro al frente de la diplomacia estadounidense y de la nueva administración de Donald Trump.
Mecanismo de presión política en contra de Maduro
Aunque Chevron ya no puede producir petróleo en Venezuela, al gigante petrolero se le ha permitido mantener equipos petrolíferos en el país bajo una estrecha licencia supervisada por el Departamento del Tesoro, según medios de comunicación estadounidenses. Se trataría de una licencia “secreta” cuyo contenido no es público. Sin embargo, se habla de que prohíbe nuevas inversiones, el desarrollo de nuevos yacimientos o la exportación de crudo.
La salida de Chevron es un mecanismo de presión política en contra de Maduro.“Ni negociamos con terroristas ni traicionamos nuestros valores (…) un golpe contundente al narco-régimen de Maduro y Diosdado. Pierden más de 500 millones de dólares al mes”, escribió María Elvira Salazar en su cuenta de X.
El cese de operaciones de la petrolera tendrá impacto en la ya golpeada economía venezolana, la cual, luego de presentar mejoría y salir de la hiperinflación en 2023, hoy vuelve a retroceder.
En abril, la inflación cerró en 18,4%, la cifra interanual fue de 172%, mientras que la acumulada se ubicó en 63%, según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas, una organización independiente. El Banco Central de Venezuela no publica estos datos desde octubre de 2024.
Al conocerse la revocatorias de la licencia, la economía mostró signos de inestabilidad debido a que el petróleo es la principal fuente de ingresos de Venezuela, que con la presencia de Chevron, la española Repsol, la italiana Eni y la francesa Maurel & Prom, se logró un aumento en la producción de aproximadamente 950.000 barriles diarios e incluso el millón.
Chevron aportó en la extracción de cerca de 250.000 barriles diarios que se traducen en 4.000 millones de dólares mensuales.
Además, el convenio de operaciones de Chevron incluía que los ingresos sirvieran para cobrar la deuda que en el pasado contrajo el Estado venezolano con la petrolera y que se calcula en 3.000 millones de dólares.
Venezolanos temen impacto económico
Aunque un sector de la oposición celebra el fin de la licencia, los venezolanos ven con preocupación el devenir económico.
“Lamentablemente las sanciones económicas terminarán golpeando más al pueblo. La cúpula mantendrá sus privilegios y su derroche, pero usará como excusa para no aumentar salarios o pensiones”, escribió en X el defensor de derechos humanos Marino Alvarado.
Los efectos ya se sienten. Una parte de estos dólares por concepto petrolero eran utilizados para las intervenciones cambiarias que realiza el BCV con la intención de mantener el tipo de cambio. Sin embargo, en los últimos meses la brecha cambiaria se ha acrecentado. El viernes el tipo de cambio cerró en 96,85 bolívares por dólar, mientras que en el mercado negro el cierre fue de 133 bolívares por dólar.
“Ya se está viendo cómo el dólar sube sin tope alguno y eso directamente rebaja el ingreso de los venezolanos en términos reales”, dice a EL TIEMPO el economista venezolano Federico Alves, exanalista de riesgo en Wall Street.
Con información de El Nacional