Estados Unidos (EE. UU.) respaldó este martes a la oposición venezolana tras la alerta internacional lanzada por su líder, María Corina Machado, por la persecución y las detenciones contra miembros de su equipo electoral.
«Profundamente preocupado por las recientes acciones contra oposición y sociedad civil en Venezuela basadas en acusaciones sin fundamento. Seguimos presionando por un entorno político más abierto, elecciones presidenciales competitivas y un debido proceso», reaccionó el subsecretario de Estado de EE. UU., Brian A. Nichols.
El funcionario estadounidense añadió que la hoja de ruta electoral emprendida con los Acuerdos de Barbados exige «una cultura de tolerancia y coexistencia», además de «igualdad de condiciones». Ninguna de ellas se cumple hoy en Venezuela, como dejó claro Machado con su alegato horas antes. «Hay que detener esta locura, porque eso significa la furia bolivariana. Nicolás Maduro ordenó la represión desde el Palacio de Miraflores», desveló la candidata de la oposición democrática, que se mostró indignada y muy firme.
«No pueden mirar a otro lado, no pueden dejarnos solos», clamó la candidata electoral tras denunciar la detención de dos jefes regionales de su comando de campaña y la persecución contra otros tres. La líder de Vente Venezuela acusó directamente a Maduro de vulnerar de forma expresa los acuerdos de Barbados, suscritos entre gobierno y oposición, con el auspicio de Estados Unidos.
«¿Cómo se hace una campaña si se llevan a tu gente secuestrada y desaparecida?», cuestionó María Corina, quien también destacó las pintadas que han aparecido en sedes de su partido y de otras viviendas de la oposición con amenazas y la leyenda «Furia Bolivariana», operación cívico-militar-policial puesta en marcha la semana pasada desde el Palacio de Miraflores para perseguir y amedrentar a quienes se le oponen, que ya se cobró la libertad del maestro Víctor Venegas, jefe sindical de los docentes en Barinas.
Juan Freites, coordinador de Vente Venezuela en el estado Vargas, fue detenido de forma ilegal y arbitraria por fuerzas gubernamentales. Una cámara de seguridad grabó el momento en que unas personas, vestidas de civil y armadas con pistolas, llevaron a cabo lo que parecía el secuestro violento de Freites. Tampoco se sabe nada de Luis Camacaro, coordinador en Yaracuy, uno de los estados llaneros.
A Douglas Rodríguez, jefe del comando de Bolívar, en la frontera de Brasil, un nutrido grupo de personas le arrancó semidesnudo de las garras de los agentes, quienes encañonaron a los ciudadanos.
En el bando revolucionario, y desde su púlpito, Maduro profundizó en la conspiranoia con la que pretende justificar la última oleada de represión. «Si algún día los fascistas me hicieran daño, algún atentado, dejo en manos de ustedes (se refiere al pueblo) hacer lo que tengan que hacer», dijo, pese a que la “Furia Bolivariana” ya estaba en marcha desde la semana pasada. Maduro y el fiscal, Tarek William Saab, se han encargado de difundir en los últimos días hasta cinco supuestas conspiraciones en contra de su vida.
En los mismos entramados, también habrían participado la CIA, la agencia antidrogas DEA, opositores en Miami y en Madrid, además de sindicalistas y maestros. Ya hay 32 detenciones y 17 órdenes de aprehensión emitidas, según dijo Maduro.
«Perseguir hasta el exilio, encarcelar e incluso dañar físicamente a la base política y logística del liderazgo opositor es una constante del oficialismo. Sucedió con Capriles, con Guaidó y ahora con Machado. Ciertamente, mientras más se cerró la autocracia, más duro ha sido», resumió el politólogo Walter Molina Galdi.
El Mundo