primera votación, finalmente ayer se realizaron las elecciones de segunda vuelta para elegir al Presidente de Ecuador por los próximos 18 meses, luego de que el actual mandatario, Guillermo Lasso, recurriera al mecanismo constitucional denominado ‘muerte cruzada’, el cual cierra el parlamento y llama a elecciones anticipadas a causa de crisis o conmoción política interna.
Tras varias horas de sufragio -marcadas por el fantasma de los problemas de seguridad que ha vivido ese país durante los últimos años- el candidato de Acción Democrática Nacional (ADN), el joven empresario derechista Daniel Noboa de 35 años, superó por 52,2% de los votos a la candidata Luisa González, de Revolución Ciudadana -plataforma política del ex mandatario de izquierda Rafael Correa- quien consiguió un 47,8% de las preferencias.
A eso de las 20 horas de Ecuador, cuando ya se contaba con datos para el 90% de los votos emitidos, González se dirigió al público desde el Hotel Quito en la capital del país, donde agradeció a los votantes y felicitó a Noboa ofreciéndole el apoyo de su equipo de trabajo, y remarcando que “esto es democracia, nosotros jamás hemos llamado a incendiar una ciudad y jamás salimos gritando fraude”. “Cuente con nuestros votos en la Asamblea para las reformas legales, para la seguridad (…) para lo que necesite… siempre y cuando no sea para privatizar nuestros recursos y no sea para precarizar la salud, el empleo y la educación”, señaló González, en declaraciones que para diversos medios de comunicación ecuatorianos, suenan como un aviso de que el proyecto del correísmo se encuentra vigente en Ecuador, en especial después del repunte de González entre la primera vuelta y el balotaje, y el poderío que aún tiene el correísmo como fuerza política en los territorios y en la Asamblea Nacional.
En efecto, el parlamento ecuatoriano contará con 52 asambleístas del partido correísta sobre un total de 137, convirtiéndola en la bancada de mayor representación en el legislativo. Como contraparte, la alianza política que apoyó a Daniel Noboa contará con tan solo 14 asambleístas.
En conversación con Interferencia, un observador internacional de este proceso electoral señaló que “Noboa tendrá un gran problema, porque es un candidato sorpresa que no tiene muy estructurada su base de apoyo política, así que el anticorreísmo lo presionará para que no haga negocios con Correa, pero al mismo tiempo Noboa necesita el apoyo del correísmo para avanzar en sus propuestas legislativas… porque ellos siguen teniendo una mejor estructura política que todas las otras fuerzas sin contar con su presencia en el parlamento. Eso lo hará quedar en medio de dos fuerzas que le van a hacer muy difícil la gobernanza”.
Otro comentario que desfila por los paneles políticos es que este gobierno, considerando su excepcionalidad, ya ha pasado a conocerse en la opinión pública como ‘un gobierno de transición’ debido a que contará con tan solo 18 meses hasta que se tenga que elegir a un nuevo Presidente para Ecuador. Esto genera un clima de poco horizonte para el joven presidente Noboa, quien tendrá que exhibir resultados en muy poco tiempo si quiere permanecer como una opción viable de cara a las presidenciales de un año y medio más, en 2025.
En efecto, la candidatura de Noboa, desde la primera vuelta hasta el balotaje, se ha caracterizado por bajar los niveles de agresividad en contra de las fuerzas políticas más tradicionales y aumentar las conversaciones con los distintos sectores. Además, las encuestas reflejaron que conforme pasaban las semanas, la distancia entre Noboa y González se acortaba hasta niveles inferiores a los ocho puntos.