La economía de Venezuela arrancó el año diferente a lo esperado, con un “frenazo” en el primer trimestre que redujo las perspectivas de crecimiento para 2023, una tendencia que expertos prevén se revierta los meses siguientes, con mejoras en algunos sectores, entre ellos el petrolero.
El país, que perdió casi el 80 % de su producto interno bruto (PIB) entre 2014 y 2021, según estimaciones independientes, vivió un proceso de mejora que el Gobierno se ha encargado de promocionar, mientras especialistas miraban con cautela, al considerar que es “desigual” y difícil de sostener en el tiempo.
La firma Ecoanalítica, según dijo a EFE su director, Asdrúbal Oliveros, esperaba para este año un crecimiento del 8 % respecto a 2022, proyección que en marzo redujo a un 2 % ante la “contracción importante del consumo” y de la actividad de “muchos sectores” durante los primeros tres meses.
“El año 2023 arrancó más bien con una economía detenida, (…) y las perspectivas de crecimiento cambiaron drásticamente. (…) En este momento, el consenso (entre los analistas) está por debajo de 5 % y, en el caso nuestro, lo que vemos es un crecimiento muy exiguo de 2 %”, dijo el economista, quien alertó de un deterioro “en las condiciones sociales”.
Esta situación se evidencia en el descontento en la calle, donde las protestas aumentaron un 23 % en los cuatro primeros meses, cuando hubo, al menos, 3.303 manifestaciones, frente a las 2.677 del año pasado, según el Observatorio de Conflictividad Social (OVCS).
Del total, 2.465 fueron de trabajadores, motivados por la “precarización de los salarios” en medio de un “escenario económico dolarizado e inflacionario”, advirtió la ONG.
Signos de mejora
Si bien el 78 % de los industriales aseguran que la situación económica empeoró durante el primer trimestre, según Conindustria, el 56 % son optimistas, al prever una mejora “dentro de 12 meses”.
Ecoanalítica prevé también “algunos signos de mejora”, sobre todo para el segundo semestre, principalmente en el sector petrolero, donde se espera un “leve” aumento en el flujo de ingresos gracias al “acuerdo con la empresa estadounidense Chevron” y a que, “probablemente, pueda concretar acuerdos con empresas europeas como Repsol y Eni”.
Asimismo, la firma espera una “leve recuperación en el consumo” tras el reciente ajuste de los ingresos que, si bien fue “bastante comedido”, va a tener un “impacto” sobre todo en sectores como alimentos y medicinas.
“Esos elementos hacen pensar que el segundo semestre puede tener una mejor perspectiva que el primero”, afirmó Oliveros.
Con información de Banca y Negocios
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