El clímax se refiere a la liberación de tensión física acompañada de una intensa sensación de placer durante el acto sexual. En las mujeres, las zonas anatómicas que intervienen en el orgasmo interactúan entre sí, formando lo que se denomina el «lecho orgásmico», que incluye el clítoris, vulva, vagina, uretra y suelo pélvico. La duración y la intensidad de las contracciones varían de una mujer a otra y en cada encuentro sexual. Reseña Caraota Digital.
El clítoris es el órgano fisiológicamente diseñado para desencadenar la respuesta orgásmica debido a su sensibilidad nerviosa y la cantidad de sangre que fluye hacia él. Por lo tanto, su estimulación a través del coito, la masturbación, los vibradores o el simple roce produce sensaciones placenteras.
Las regiones cerebrales más activas durante el orgasmo incluyen el lóbulo frontal, las amígdalas cerebrales, el hipocampo, el núcleo accumbens y la corteza cingulada anterior. Estas áreas están relacionadas con la memoria afectiva, las emociones y la búsqueda de satisfacción o recompensa, según detalló Infobae.
La activación de estas zonas cerebrales confirma la estrecha relación entre los componentes biológicos y afectivo/emocionales del orgasmo. En resumen, el orgasmo es el resultado del autoconocimiento, la autoestima, la capacidad para conectarse con el cuerpo erógeno y el tipo de relación de pareja (y la calidad del estímulo).
Las mujeres tienen la capacidad de tener orgasmos múltiples, y muchas los experimentan durante los juegos eróticos. Sin embargo, algunas mujeres valoran especialmente el orgasmo por penetración, como si fuera más importante que los demás. Esta creencia errónea puede generar problemas sexuales. Los inconvenientes suelen ir desde diferencias en la manera de pensar y sentir la sexualidad hasta disfunciones sexuales y conflictos en la relación de pareja.
Estudios realizados en diferentes partes del mundo muestran que dos tercios de las mujeres alcanzan el orgasmo, mientras que un tercio no lo logra. Además, muchas mujeres no tienen orgasmos por penetración, sino a través de la estimulación del clítoris durante el acto sexual.
Un estudio reciente realizado en Alemania por el Grupo de Investigación en Salud Sexual (GeSiD) reveló que todas las prácticas sexuales, incluyendo el autoconocimiento del cuerpo, la frecuencia de masturbación y la frecuencia de encuentros sexuales, se relacionan positivamente entre sí. Además, los factores relacionados con la relación, como los sentimientos amorosos, la cercanía percibida, la comunicación y hablar de cuestiones sexuales, también se correlacionaron positivamente.
La frecuencia de la actividad sexual, la satisfacción en la relación, los sentimientos de amor y cercanía se asocian con mayores probabilidades de experimentar orgasmos, mientras que una mayor frecuencia de masturbación se relacionó con una menor satisfacción en la relación y una menor percepción de cercanía.
Con información de Caraota Digital
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