Desaparición del último glaciar de Venezuela es una alerta sobre el cambio climático

3 junio, 2024

Venezuela se ha convertido en ejemplo de las consecuencias del cambio climático global. De los cinco glaciares que un día formaron parte de la identidad de los páramos del estado Mérida, hoy no queda ninguno. Recientemente se conoció que el último, localizado en lo alto del pico Humboldt del Parque Nacional Sierra Nevada, se convirtió en una masa de hielo tan pequeña que ya no puede ser considerada como un glaciar, de acuerdo con la Iniciativa Internacional sobre el Clima Criosférico (ICCI), una influyente organización de defensa científica.

Entre 1910 y 2019 los glaciares de las montañas andinas venezolanas, que se elevan a hasta 5.007 metros sobre el nivel del mar, retrocedieron 99%. En términos de área, las cinco grandes masas de hielo, repartidas en los picos Bolívar, Bonpland, La Concha, Espejo y Humboldt, pasaron de ocupar un espacio de unas 300 canchas de fútbol a solo 3 o 4.

La tasa de pérdida de hielo se aceleró rápidamente después de 1998: alcanzó un pico de alrededor de 17% anual a partir de 2016 como consecuencia de un aumento en la temperatura superficial promedio global.

«Ha habido una aceleración en el retroceso del glaciar asociada a la temperatura. En Los Andes tropicales, por ejemplo, la tasa de calentamiento es de 0.2 grados por década. También han influido los fenómenos del Niño y la Niña, que han sido muy fuertes, lo que provoca que el glaciar se derrita sin la posibilidad de regenerarse con nieve de las nevadas», explicó a El Nacional Luis Daniel Llambi, ecólogo e investigador de la Universidad de Los Andes.

El glaciar de La Concha desapareció en 1990 y el del pico Bolívar en 2017. Este último era tan emblemático para el país que apareció en el reverso de uno de los billetes de mayor denominación, en la anterior expresión monetaria conocida como bolívar fuerte.

En algún momento el pico Humboldt estuvo cubierto por una robusta masa de hielo que cubría 450 hectáreas conocida como La Corona. Sin embargo, mediciones recientes indican una reducción dramática a apenas dos hectáreas. De acuerdo con Llambi, solo entre 2019 y 2023, el glaciar perdió 50% de su superficie.

«La desaparición del último glaciar de Venezuela debe ser considerada como un llamado de atención sobre el cambio climático», alertó la física Alejandra Melfo, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes (ULA).

Con información de El Nacional

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