Nadie quiere apoyar a una víctima en la gran pantalla. Fue la premisa con la que Christian McGaffney trabajó su interpretación en Simón, la primera película de Diego Vicentini. Desde el cortometraje que dio origen al filme, McGaffney nunca sintió lástima por la historia del líder estudiantil perseguido y torturado por el régimen durante las protestas de 2017 en Venezuela. Sentía dolor, sí, uno que lo llevó a entender la dignidad de su personaje y del que le fue imposible desligarse una vez que terminó el rodaje.
McGaffney trabajó meses en terapia para desintoxicarse de lo que logró construir en años para el proyecto. Pasó de no tener tanto en común con ese joven idealista que luchó en las calles por la libertad de Venezuela, a sentir en carne propia el síndrome de estrés postraumático. No sabe si Simón es la mejor actuación de su carrera, pero sí está seguro de que, hasta ahora, ha sido la más honesta.
En un apartamento vacío de Miami, Simón pasa las noches sobre un colchón inflable. Visiblemente demacrado, sobre sus delgados hombros carga siempre consigo un morral en el que empacó su vida y su culpa después de salir del país. Un morral que McGaffney aceptó cargar también. En su mirada expresa, sin necesidad de palabras, el dolor que trata de ignorar. No quiere pensar en lo que vivió porque sabe que dolerá, algo que también tiene en común con el intérprete de 34 años de edad. El actor aceptó el papel creyendo que drenaría sus emociones durante el rodaje, pero la película terminó por abrir una herida que tenía reprimida.
Simón, la tercera película más vista en Venezuela el fin de semana de su estreno, lo hizo crecer como actor, pero mucho más como persona. Cuando llegó al set en marzo de 2021, McGaffney venía de sentir que como artista, al igual que Simón en la historia, había tirado la toalla por salir del país en busca de mejor calidad de vida. No sabía cómo podía, desde su oficio, ayudar a los que seguían en las calles, luchando. La culpa lo llevó a pensar que debía estar informado sobre todo lo que pasaba en el país. Las cifras, los tuits, la represión, los muertos, las declaraciones. Lo leía todo. Tuvo que pasar tiempos estudiando la profundidad psicológica de Simón como personaje antes de que McGaffney entendiera por fin que, desde la gran pantalla, también podía ayudar.
Es cierto, admite, que nunca en su vida ha lanzado piedras en las calles intentando un cambio para Venezuela. Sin embargo, después de tanto trabajo actoral y artístico con la película que ganó varios galardones en el Festival de Cine Venezolano 2023, ahora entiende que Simón es su piedra. Fiel creyente de que los personajes buscan a los actores cuando necesitan una voz, el actor también interpretará a Juan Planchard en la adaptación teatral de la novela Las aventuras de Juan Planchard de Jonathan Jakubowicz. Es el polo opuesto Simón. Otro reto y una responsabilidad dar vida a ese otro joven que, durante el chavismo, hizo dinero fácil negociando con el régimen, robando, estafando…
Consciente de que su trabajo como actor es sacudir al público y plantear más preguntas que respuestas, McGaffney cuenta lo que hay detrás de la realización de Simón y lo que quedó en él una vez las cámaras se apagaron. Lo que sigue ahora, para él, es enfocarse en su interpretación de Planchard que estrenará el 17 de octubre en Miami.
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