Luis Manuel Díaz, papá del futbolista de la Selección Colombia Lucho Díaz, fue liberado. La entrega se dio luego de 13 días de espera, mientras estuvo cautivo en las selvas de La Guajira, en la Serranía del Perijá. El operativo se realizó con apoyo de las Naciones Unidas, que fue delegada justamente porque la ONU es el organismo que está como garante en la negociación de paz con la guerrilla del ELN, que realizó el secuestro.
Aunque estaban pendientes todos los organismos humanitarios como la Defensoría del Pueblo y el CICR, finalmente quienes participaron en la esperada liberación de don Luis Manuel ‘el Mane’ Díaz fueron la Iglesia Católica y la ONU. Estos últimos fueron quienes finalmente lo recibieron.
El punto donde fue liberado es en la vereda de El Salado, al sur del departamento de La Guajira, ahí le dieron los primeros auxilios, verificaron que estuviera en buenas condiciones de salud. Finalmente, sobre la 11 de la mañana, aterrizó el helicóptero en el aeropuerto de Valledupar.
El secuestro ocurrió en el municipio de Barrancas, cuando don Luis y su esposa pararon en un puesto a comprar sandías; en ese momento, fueron abordados por los delincuentes, que se los llevaron en el carro del papá del futbolista, y una moto los escoltaba.
Sin embargo, el camino era complicado y, ante la presión de las autoridades, los criminales explotaron una llanta y dejaron tirado el vehículo. En ese momento fue rescatada Cilenis Marulanda.
Los delincuentes, fuertemente armados, robaron otras dos motos y cogieron camino desde Barrancas, por Barrancón, Pele el Ojo, Las Nubes, hasta Curaima, todo con ruta hacia la frontera con Venezuela.
La presión de las autoridades, que ya habían implementado el plan candado ordenado por el general Salamanca, provocó que se vieran acorralados, por lo que dejaron tiradas las motos y se metieron por las trochas rumbo a la selvática serranía del Perijá, lo que complicó la búsqueda y mantuvo en zozobra al país durante dos largas semanas.
Los comandos se insertaron en la manigua en la búsqueda de Luis Manuel Díaz, una zona de muy difícil movilidad, pero, según le explicaron a SEMANA, de fácil sobrevivencia, pues hay suficiente agua para mantenerse con vida.
Los pobladores de la zona se preguntaban quién podría ser tan insensible de llevarse al papá de una gloria del fútbol. Y es que el asombro no era para menos. A Mane, como le dicen de cariño sus allegados, prácticamente lo conocían en todo Barrancas, porque es el papá de Lucho o por ser un hombre aficionado al fútbol que se dedica a apoyar este deporte y a encontrar talentos.
No necesitaba escoltas ni camionetas blindadas, pese a ser el papá del futbolista más importante de Colombia en la actualidad; esta era su casa, su terruño. Su única protección, aseguran las personas más cercanas, era encomendarse a San José, patrono del pueblo.
Sus desplazamientos eran predecibles. Cuando no estaba en la casa de su papá, Jacob Díaz (abuelo de Lucho Díaz), estaba en su casa, que queda a pocas cuadras, o por el centro de Barrancas, visitando a sus amigos comerciantes, con quienes aprovechaba para cantar versos de Miguel Morales, uno de sus referentes en el vallenato y a quien suele imitar.
Con información de Semana
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