El eventual reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro de que pudo haber perdido la elección presidencial de julio es una posibilidad distante en un contexto de represión de sus opositores “sin precedentes”, incluso con su candidato rival en el exilio, pero que sigue “viva” aún dos meses después de la votación, según analistas consultados por la Voz de América.
El antichavismo personificado en las figuras de María Corina Machado y el postulado presidencial Edmundo González Urrutia, hoy en España, promete seguir luchando por el reconocimiento de la que consideran su holgada victoria en la elección del 28 de julio pasado.
Con González Urrutia asilado en España y Machado en la clandestinidad debido a las amenazas de arresto en su contra, es “muy grande” la incertidumbre ante la idea de un cambio político en Venezuela a partir del 10 de enero, cuando debe juramentarse el presidente electo, explica el politólogo y especialista en asuntos comiciales Jesús Castellanos.
“La oposición democrática ha adelantado todo lo que se podía hacer” desde la elección para hacer valer sus alegatos, apunta Castellanos.
Destaca dos estrategias: “la defensa del voto” con la publicación de más del 80 % de las actas de centros electorales, y la presión internacional a Maduro para que permita una verificación de los resultados.
“La oposición no ha perdido el tiempo. Ha defendido las actas y ha movilizado a la población venezolana dentro y fuera del país, a pesar del miedo producto de la violación de derechos humanos” por parte del gobierno, señala Castellanos en conversación con la VOA.
El Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, administrados por exmilitantes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, certificaron el triunfo de Maduro sin publicar las actas de cada centro de votación, como ordena la ley.
La oposición dice tener copias de más del 80 % de esas actas para comprobar que González Urrutia ganó con más de 36 puntos porcentuales de ventaja sobre Maduro.
Mientras parte de la comunidad internacional sigue presionando al oficialismo venezolano para que presente resultados pormenorizados de la votación y permita su verificación, el gobierno adelanta esfuerzos comunicacionales para imponer “una realidad perceptiva” de que es necesario “pasar la página”, según el politólogo Doriam González.
Con información de Voz de América
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