Las autoridades de Panamá estiman que en 2024 unos 320.000 migrantes atravesarán la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en su camino hacia Norteamérica, una reducción del 38 % frente al récord histórico de 520.000 que cruzaron el año pasado, una disminución que vincularon a las nuevas políticas de control migratorias implementadas por el nuevo Ejecutivo panameño.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Alexis Ábrego, divulgó esos datos este jueves durante su intervención en la conferencia anual del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe-CAF, celebrada en Washington, de acuerdo con un comunicado difundido por su oficina.
El aumento de migrantes por el Darién en su trayecto hacia EE. UU. o Canadá en busca de mejores condiciones de vida había sido progresivo desde 2021, llegando a la cifra récord de más de 520.000 en 2023, el doble que el año anterior, y para este año se había pronosticado un aumento de hasta un 20 % con respecto al año anterior, según habían adelantado el pasado febrero desde el Servicio Nacional de Migración.
Sin embargo, el ministro Ábrego celebró que se ha logrado revertir esta tendencia gracias a las medidas adoptadas desde que el pasado 1 de julio comenzó el nuevo Gobierno encabezado por el presidente José Raúl Mulino, entre las que destacó la firma de un memorándum de entendimiento con Estados Unidos el mismo día de su investidura, “que facilita la deportación y extradición de migrantes irregulares”.
Además, Panamá ha cerrado cinco caminos o trochas en Darién para controlar el flujo migratorio y ofrecer un paso humanitario, recordó.
Así, según la nota, en lo que va de año unos 242.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, “han atravesado este peligroso trayecto (por el Darién), que tiene una duración aproximada de nueve días”, de acuerdo con los datos que recopilan las propias autoridades panameñas cuando llegan al primer poblado al salir de la selva, y que incluye tecnología biométrica “para identificar a los delincuentes”.
“El problema de la migración irregular, que antes se percibía principalmente como una crisis humanitaria debido a la gran cantidad de ciudadanos latinoamericanos que transitan por la selva, ha requerido la organización de campamentos de atención”, explicó el ministro Ábrego.
Y añadió: “En estos campamentos, se forman dos filas: a la derecha, las familias de bien; a la izquierda, los posibles delincuentes o miembros de organizaciones criminales”, y mostró su “preocupación por la oferta de cruce por la selva, realizada en redes sociales por el grupo paramilitar colombiano Clan del Golfo”.
Según Ábrego, se han detectado unas 25.000 personas de origen chino en la frontera entre Colombia y Panamá, y el viernes serán extraditados 115 ciudadanos indios en un vuelo chárter hacia Nueva Delhi financiado por Estados Unidos como parte del acuerdo bilateral.
El pasado 20 de agosto, el primero de estos vuelos costeado por Estados Unidos salió desde Panamá con destino a Medellín con una treintena de migrantes colombianos que fueron deportados, y desde entonces han ido partiendo otros aviones sobre todo con ciudadanos colombianos, pero también ecuatorianos, como ocurrió el pasado 29 de agosto.