“Alerta”, se lee en los radiogramas (mensajes internos) de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a sus soldados. La alarma subió por la presencia del Comando Sur y la CIA en Guyana el 9 de mayo donde —junto al gobierno del presidente Mohamed Irfaan Ali— realizaron ejercicios militares en Georgetown, lo cual es aprovechado por Miraflores como una oportunidad político-electoral para advertir que América Latina está en riesgo, y alimenta su plan de decretar —en un futuro— la suspensión de las elecciones del 28 de julio, declarar “traidor a la Patria” a la oposición y así librarse de cualquier adversario fuerte, dado que la mayoría de Venezuela expresa su intención de votar dentro de 75 días y rechaza una eventual proclamación de Nicolás Maduro para un nuevo período gubernamental.
El chavismo trata de justificar cualquier reacción de la FANB como un acto de defensa y en respuesta a una supuesta agresión: “Guyana es epicentro de la mayor amenaza contra Venezuela y Suramérica al permitir 12 bases de la CIA y 14 del Comando Sur en su territorio. Es una grave amenaza lo que esta alianza significa para la paz”, dijo Maduro, lo que, de inmediato, fue refrendado por el ministro de la Defensa, G/J, Vladimir Padrino López.
“Ya advertimos sobre la amenaza a la paz regional que representa la presencia del portaaviones USS George Washington en el Caribe. Ahora anuncian el despliegue de aviones F-18 para sobrevolar ‘Georgetown y sus alrededores’. La Fuerza Armada rechaza contundentemente estas reiteradas provocaciones del Comando Sur, auspiciadas por el gobierno de Guyana, que ha asumido el rol de nueva colonia norteamericana. Nuestro sistema de Defensa Aeroespacial Integral permanece activado ante cualquier intento de violación del espacio geográfico venezolano, incluyendo nuestro Territorio Esequibo ¡Alertas!”, afirmó el oficial.
“El Plan B” de Maduro con Guyana
La narrativa gubernamental trata de posicionar la tesis de un conflicto bélico y así actuar contra la disidencia interna, revelan fuentes castrenses.
La lista de enemigos incluye, desde hace meses, a María Corina Machado, pero el gobierno tratará de enlodar a Edmundo González Urrutia, por ser la cara visible y por quien votará ese 90% que quiere un cambio del sistema político y el fin del chavismo.
Desde 2023, el oficialismo trabajó en un plan estratégico y táctico para mantener el poder y, por ello, no sólo convocó a un referéndum el 3 de diciembre pasado sobre qué hacer con el Esequibo, aprobó una ley que crea el estado No. 24, Esequibo, sino que califica de traidor a quienes se opongan a un conflicto bélico, cuyo fin no es recuperar el territorio, propio de Venezuela desde hace más de 100 años, sino suspender los comicios del 28 de julio. Es el “Plan B” de Maduro ante la pérdida del apoyo de las bases del chavismo y un crecimiento de la opción González Urrutia, junto a Machado, coinciden diversas voces militares.
La FANB, a través de la Zodi-Esequibo, ha efectuado una serie de trabajos en la isla Anacoco, como vías y un puente sobre el río Cuyuní, donde ya tiene un comando militar desde hace 57 años. Sin embargo, la cúpula pretende hacer ver que van incursionando en el territorio, donde viven guyaneses y que, a partir de su llegada, tendrían acceso a los planes sociales del gobierno, como viviendas y pensiones.
Padrino López; la autoridad única del estado Guayana Esequiba, general retirado y diputado, Alexis Rodríguez Cabello; y el jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB, general Hernández Lara, son los responsables de las maniobras militares, por órdenes de Maduro. No obstante, los tres descartan que existan “vientos guerreristas” y que sólo ejercen el derecho de vigilar un área nacional, cuando en los últimos 20 años no construyeron un puente, no atendieron a la población de Tumeremo y pueblos aledaños, ni la presencia militar no era tan significativa como ahora.
Padrino López y Rodríguez Cabello reiteran las acusaciones contra la oposición, en especial, contra el exembajador Carlos Vecchio de “traidor” por advertir del plan de Maduro de usar el reclamo territorial como una maniobra para declarar una emergencia nacional, un conflicto internacional y dejar sin efecto la convocatoria a presidenciales.
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