La directora chileno-venezolana Ximena Pereira presentó en el festival Hot Docs de Canadá su documental La diosa quebrada, en el que parte de la figura de María Lionza y las vicisitudes de su estatua en Caracas para reflexionar sobre la situación de Venezuela.
En una entrevista con EFE en Toronto, Pereira reconoció su satisfacción de que el mediometraje, tras años de trabajo, haya sido seleccionado por Hot Docs, el principal festival de documentales de Norteamérica y uno de los más importantes del mundo.
«Lo siento como un reconocimiento a un trabajo que ha sido laborioso y ha tomado bastante tiempo. Un trabajo más bien personal hecho entre gente de Venezuela y venezolanos que viven en otros países. Y estar aquí me abre un espacio como realizadora y como productora», explicó Pereira.
La directora, nacida en Chile, pero que se crió en Venezuela y reside desde hace años en Santiago, explicó que a pesar del tiempo que le costó hacer el filme, «el punto de vista nunca cambió».
«Siempre fue que yo no estoy ni con unos ni con otros y quiero hablar del quiebre de un país con una mirada que apunta más hacia no creer en la política de la división, que apunta más a la no violencia, si lo quieres ver desde un lugar más discursivo», señaló.
«O a mirar los enfrentamientos como el castigo a una sociedad que termina arruinada y con seis millones de migrantes alrededor del mundo», añadió la directora.
María Lionza es una figura mítica del espiritismo venezolano que cuenta con numerosos seguidores, denominados «marialionceros«, que le rinden culto, especialmente en la montaña de Sorte, en el estado de Yaracuy.
El mediometraje se centra en la estatua de María Lionza, situada en medio de una autopista en Caracas, su degradación física, quebramiento y reemplazo por una copia. Todo ello en el contexto de lo que ha pasado en Venezuela y Caracas durante las últimas dos décadas.
«María Lionza representa la fuerza, la feminidad y el arrojo de las mujeres venezolanas por hacer las cosas a su modo, sin preguntarle a nadie. Y al mismo tiempo es un personaje luminoso, que tiene una energía que trasciende cualquier tipo de enfrentamiento terrestre», declaró.
«Y yo la tomo a ella como símbolo para trascender cualquier tipo de diferencia porque creo que es referente de algo indivisible», continuó.
Es quizás por el complejo simbolismo que María Lionza tiene en el imaginario popular venezolano, que la mayor dificultad de Pereira para sacar adelante La diosa quebrada fue convencerse de que «podía hablar de María Lionza con absoluta libertad».
«Que podía tomarla, recrearla y construirla desde mi propia verdad y no tener que preocuparme si iba a parecer que era más o menos chavista o más o menos de la oposición. O de si los marialionceros iban a estar de acuerdo», dijo.
Pereira terminó con una reflexión sobre qué haría María Lionza en la Venezuela de hoy en día.
«Ella puede, como mujer sabia, hacer su trabajo, que consiste en dar luz a las dificultades de los venezolanos. Estar ahí presente y abrazarlos», remachó.
EFE