El Consejo Nacional Electoral (CNE) está lento. Pese a que constitucionalmente este año 2024 corresponde la celebración de los comicios presidenciales, aún no ha fijado la fecha del evento, tampoco ha habilitado operativos para la inscripción y la actualización de datos en el Registro Electoral y mucho menos ha dado luces de los concursos para la escogencia de los miembros de mesa.
Al ente rector se le adelantó el presidente del Poder Legislativo, Jorge Rodríguez, quien dijo que antes del 18 de abril los venezolanos ya tendrán un cronograma electoral. El Parlamento dominado por el chavismo aprobó iniciar una jornada de consulta con sectores productivos y sociales para dirimir la agenda de cara a las presidenciales. El mandatario Nicolás Maduro hizo seguidilla a Rodríguez y expresó su apoyo al diálogo para poder tener unas «elecciones ya».
Desde principios de este año, las presiones exigiendo una fecha y un cronograma no han cesado. Dirigentes políticos de oposición, organizaciones electorales, estudiantes y otros sectores de la sociedad civil exhortan al CNE a dar a conocer la fecha de las presidenciales, presentar un cronograma y abrir el Registro Electoral. El Poder Electoral, presidido por Elvis Amoroso, se ha mantenido en mutis.
Su demora en pronunciarse sobre las elecciones presidenciales contrasta con la rapidez mostrada en la convocatoria y organización del referendo consultivo por el Esequibo realizado el pasado 3 de diciembre a petición del Parlamento.
La elección presidencial será el segundo gran evento del nuevo directorio del Consejo Nacional Electoral, integrado por Elvis Hidrobo Amoroso, Rosalba Gil Pacheco, Aime Nogal Méndez, Carlos Quintero Cuevas y Juan Carlos Delpino. El referendo sobre el Esequibo fue la primera «fiesta electoral» de la cual fueron anfitriones, pero esta terminó con serios cuestionamientos a los resultados.
Primero que la fecha de elecciones, se conoció la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -el pasado 26 de enero- sobre las inhabilitaciones, en el marco del Acuerdo de Barbados. El máximo tribunal habilitó a algunos políticos, pero confirmó la medida contra María Corina Machado, quien el pasado 22 de octubre ganó las primarias y se convirtió en la candidata de oposición. También mantuvo la medida contra Henrique Capriles, dirigente de Primero Justicia (PJ).
Ante el retraso del CNE, organizaciones como Súmate y el Observatorio Electoral Venezolano (OEV) expresan su preocupación sobre el Registro Electoral porque más de diez millones de personas podrían quedarse sin votar: muchos están fuera del país, otros se han mudado y otra gran cantidad apenas acaba o está a punto de cumplir su mayoría de edad.
La nuevas autoridades del CNE -con 5 meses en el cargo- heredaron varias deudas, que datan, incluso, desde hace 12 años. Para el exrector Andrés Caleca las dilaciones son parte de la estrategia del gobernante Nicolás Maduro de dividir y procurar la abstención del voto opositor.
Uno de los puntos pendientes es la auditoría y depuración del Registro Electoral, un procedimiento que no está sujeto a la convocatoria de elecciones. Caleca precisa que la auditoría y depuración debe contar con la presencia de todas las organizaciones con fines políticos del país.
«El CNE es un poder al servicio de estas organizaciones y tiene que garantizar que todo el mundo esté contento y satisfecho con las medidas que se toman», comenta.
Hasta el momento «nadie sabe si el registro está verdaderamente depurado, por ejemplo, de los ciudadanos fallecidos, o que se mudaron de residencia». Caleca sostiene que el CNE tiene un rezago grande. Explica que en el último corte dado a conocer por el ente se evidenció que el padrón electoral está compuesto por 21 millones de personas.
Sobre lo anterior, apuntó que es sabido que de ese total de ciudadanos, 7,5 millones están en el exterior y no han podido actualizar sus datos porque el CNE tampoco se ha dado la tarea de abrir el RE en los consulados con la «excusa» de que no tiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos «¿Pero y en los demás países qué pasó?», se pregunta.
Precisa que en Venezuela hay, al menos, tres millones de nuevos votantes imposibilitados para votar también.
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