Simone Biles volvió a brillar en el Mundial de Gimnasia Artística que se desarrolló en Bélgica y agigantó su leyenda al conseguir dos medallas de oro en las finales de barra de equilibrio y de suelo. Con estos nuevos triunfos, alcanzó su presea dorada número 23 en las citas mundialistas y se consagró como la gimnasta más laureada de todos los tiempos.
Todo fue alegría para la atleta estadounidense a pesar de que el sábado no pudo ejecutar el “Biles II”, un arriesgado salto que acabó costándole la medalla de oro al ver como los jueces la penalizaban con medio punto tras ser incapaz de controlar el aterrizaje y acabar cayendo de espaldas sobre la colchoneta. Ahora, tras el final del torneo dejó claro por qué está considerada unánimemente la mejor gimnasta de todos los tiempos.
Lo demostró en la barra de equilibrios, en la que ya logró la mejor nota de todas las participantes en la ronda clasificatoria y volvió a ser la mejor con un brillante ejercicio sin ninguna fisura. La de Ohio, que ya se había colgado en Amberes la medalla de oro tanto en el concurso individual como en el de conjuntos, logró la primera posición con una nota de 14,800 puntos.
Una décima de punto más que la china Yaqin Zhou, plata con 14,700, y medio punto más que la brasileña Rebeca Andrade, que ocupó el último escalón del podio con una puntuación de 14,300 y que se había quedado con el oro en salto el día anterior.
El triunfo, sin embargo, no calmó la voracidad de Simone Biles, que apenas una hora después volvió a subir a los más alto del podio tras imponerse en la final de suelo con una nota de 14,633 puntos. Ni un pequeño fallo en la tercera diagonal, en la que sacó un pie del tapiz, lo que le costó una penalización de 0,100 puntos, impidió la victoria de Biles, que partió con una nota de dificultad inalcanzable para el resto de sus rivales.
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