El incendio que arrasa la isla española de Tenerife, que se declaró el pasado martes, fue intencionado. La sospecha inicial fue corroborada por el presidente de las Islas Canarias, Fernando Clavijo, que afirmó en rueda de presa que así lo atestiguan las investigaciones de la Guardia Civil.
Tras comenzar en los montes de Arafo hace ya seis días, el fuego sigue sin control y ha arrasado ya una superficie de 13.383 hectáreas, con un perímetro de 89 kilómetros, según los últimos datos facilitados por el Gobierno canario. Afecta a 12 municipios, tras incorporarse este lunes el de Fasnia, de los 31 que tiene la isla.
Las llamas han obligado a la evacuación de casi 13.000 personas de esos núcleos habitados, de las que 969 permanecen en centros habilitados por la Consejería de Bienestar Social, junto con alrededor de 300 animales de compañía.
Las autoridades advierten que la calidad del aire es muy desfavorable debido al espeso humo, por lo que recomiendan, sobre todo en los municipios más afectados, la utilización de mascarilla FFP2, así como restringir las actividades en el exterior.
Las labores de extinción son realizadas durante esta jornada por 22 medios aéreos, dos de ellos de coordinación, y 610 efectivos terrestres: 255 de intervención, 197 de seguridad, 40 de logística y 160 voluntarios y agrupaciones municipales.
Las zonas que más preocupan actualmente son el entorno de Izaña, en el Parque Nacional del Teide, y los Altos de Güímar. El incendio se encuentra estabilizado en su zona norte, por lo que se prevé que se puedan concentrar los recursos en la parte sur.
RT
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