La fijación de Quentin Tarantino con los pies es de sobra conocida en la meca del cine. Los de Uma Thurman jugaron un rol muy importante en su epopeya ‘Kill Bill’, y en 2010 ella brindó a su salud en una fiesta celebrada en el Friar’s Club sirviéndole champán en sus Louboutins de terciopelo negro. En aquel mismo acto su amigo Eli Roth hizo un chiste de mal gusto sobre el Holocausto asegurando que Quentin tenía una «colección de zapatos más grande que el antiguo campo de concentración Dachau»..
Ahora el gerente de un club de striptease de Hollywood llamado Crazy Girls ha querido escribir un nuevo capítulo en la leyenda urbana sobre el fetichismo del director de cine compartiendo una historia sobre la visita que realizó al local. NorCal Lowlife, también conocido como Page Rad, era al parecer uno de los trabajadores más veteranos del club cuando Quentin apareció por sorpresa para solicitar una sala VIP y la compañía de la bailarina con la «t*** y el culo más grande» del lugar.
A pesar de las precauciones que él tomó para tratar de garantizar su privacidad, Lowlife pudo contemplar todo lo que ocurría en el interior del reservado a través de las cámaras de seguridad: «Él estaba sentado y la stripper estaba a punto de empezar su pequeño espectáculo… de quitarse el top. De pronto él se levantó, la tiró encima del asiento, le quitó las botas una a una, los dos zapatos, y empezó a lamerle las plantas de los pies, chupándole los dedos».
Lowlife afirma que todo el proceso duró alrededor de media hora y que al final los pies de la stripper parecían «ciruelas pasas». Él no ha querido dar ninguna fecha concreta para enmarcar su relato para no meter en un lío al cineasta, que se casó en 2018 con Daniella Pick y tiene dos hijos con ella. Lo que sí recuerda es que él dejó una propina muy generosa para la bailarina: «Creo que le dio 10 de los grandes».
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