Pedro Sánchez ha comparecido este lunes, el día después del 28 de mayo, para realizar una declaración institucional en la que ha comunicado su decisión de convocar elecciones generales adelantadas el 23 de julio. Tras la debacle de los socialistas en los comicios autonómicos y locales, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno ha tomado esta decisión.
“La segunda consecuencia es que numerosas instituciones pasarán a ser administradas por nuevas mayorías conformadas por PP y Vox. Como presidente del gobierno y secretario general del PSOE asumo los resultados y creo que tengo que dar una respuesta. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase. Lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país”, ha señalado.
Previamente, ha lamentado que “magníficos” presidentes y presidentas autonómicas socialistas, así como alcaldes y alcaldesas del mismo partido “se van a ver desplazados” a pesar de tener en su haber una “gestión impecable”. “Aunque las votaciones tenían un alcance municipal y autonómico, el sentido del voto tenía un alcance que va más allá”, ha sostenido.
El líder del Gobierno siguió la noche electoral desde Moncloa y no en Ferraz, donde sí lo hicieron dirigentes de la Comisión Ejecutiva Federal, y miembros del Ejecutivo. Y es que, los resultados sobrepasaron incluso las encuestas al teñir de azul el mapa político español.
Los socialistas han perdido los gobiernos de Extremadura, Comunidad Valenciana, La Rioja, Aragón, Canarias y Baleares en favor de PP y Vox. Además, se ha extraviado el ejecutivo de Cantabria, donde gobernaban como fuerza minoritaria junto al PRC. Solo Emiliano García Page retuvo con mayoría absoluta Castilla-La Mancha, mientras que los socialistas podrán seguir también al frente de Asturias, con apoyo de IU y Podemos, y de Navarra, aunque volverán a necesitar una abstención de EH Bildu para revalidar.
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