El Vaticano cerró su misión diplomática en Nicaragua, después de que el presidente Daniel Ortega propuso la suspensión de las relaciones diplomáticas, en lo que constituye su más reciente acto de asedio contra la Iglesia Católica.
Un funcionario del Vaticano, que habló bajo condición de anonimato con The Associated Press, reveló que el representante de la Santa Sede en Nicaragua, monseñor Marcel Diouf, abandonó el país el viernes con destino a Costa Rica.
Diplomáticos de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia se despidieron de Diouf antes de que cerrara la sede diplomática y partiera.
“Junto a la Iglesia católica, los representantes de la Unión Europea en Nicaragua también defenderemos siempre los valores cristianos de libertad, tolerancia y dignidad humana”, señaló un comunicado en la página de Facebook de la embajada alemana.
Las relaciones entre la Iglesia y el gobierno de Ortega se han ido deteriorando desde 2018, después de que líderes católicos dieron cobijo a manifestantes en sus templos cuando el país atravesaba por una importante serie de protestas antigubernamentales.
Ortega calificó a los líderes católicos como terroristas, y les acusó de respaldar los esfuerzos de la oposición para derrocarlo.
Decenas de figuras religiosas fueron arrestadas o huyeron del país desde entonces. Además, otras dos congregaciones de monjas, incluida la orden de las Misioneras de la Caridad fundada por la Madre Teresa, fueron expulsadas de Nicaragua el año pasado.
El destacado obispo católico Rolando Álvarez fue condenado el mes pasado a 26 años de prisión tras negarse a subir a un avión que transportaba a 222 disidentes y sacerdotes al exilio en Estados Unidos. También se le retiró la nacionalidad nicaragüense.
El papa Francisco, en una entrevista del 10 de marzo con el medio argentino Infobae, calificó al gobierno de Ortega como una dictadura comparable a la de Hitler.
EFE
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