Sismólogos de la Universidad de Pekín han dado a conocer que el análisis de los datos de los terremotos sugiere que el núcleo interno de la Tierra dejó de girar más rápido que el manto del planeta en el año 2009. Hasta ese momento, la comunidad científica consideraba que el núcleo interno giraba más rápido que el resto del planeta, pero según un nuevo estudio, en algún momento de la última década, aparentemente dejó de hacerlo y posiblemente vaya a cambiar su dirección de rotación.
Yi Yang y Xiaodong Song Yang, quienes publicaron los hallazgos este martes en Nature Geoscience, sostienen que el núcleo interno ha detenido su giro en relación con el manto. Estudiaron terremotos entre 1995 y 2021, y encontraron que la rotación del núcleo interno con respecto al manto se había detenido alrededor del 2009. Consideran que es un verdadero fenómeno planetario relacionado con la rotación del núcleo, y no solo un cambio local en la superficie del núcleo interno. «Nos sorprendió bastante», dijeron.
También compararon este patrón reciente con los registros sísmicos de Alaska de los dobletes de las Islas Sándwich del Sur, que se remontan a 1964, y parece estar asociado con un retroceso gradual del núcleo interno como parte de una oscilación de aproximadamente siete décadas, con otro punto de inflexión a principios de la década de 1970. Todo sugiere que este cambio cíclico en la dirección de la rotación se lleva a cabo en períodos de décadas.
¿Más rápido o más lento?
El núcleo del planeta fue descubierto en la primera mitad del siglo pasado, el cual consiste en un centro sólido, formado por hierro y níquel, dentro de una capa compuesta fundamentalmente de hierro fundido y otros elementos. El núcleo externo líquido permite que el núcleo interno gire a su propio ritmo con relación al resto del planeta.
Desde la década de 1960, el tiempo de viaje de las ondas sísmicas que emanan de los terremotos cambió durante las tres décadas siguientes, lo que indicó a los investigadores que el núcleo interno gira más rápido que el manto del planeta.
Sin embargo, en contraposición a esta idea, otros investigadores que analizaron los datos de ondas sísmicas generadas por explosiones de pruebas nucleares estadounidenses en 1969 y 1971, informaron que, entre esos años, el núcleo interno de la Tierra había rotado más lentamente que el manto. Solo después de 1971, dicen, se aceleró y comenzó a girar en exceso. Tampoco hay consenso al respecto sobre la duración de los ciclos de aceleración o retardo.
La única forma de poner punto final a este debate científico es esperar a que ocurran más terremotos. «Sigo pensando que estamos a punto de resolver esto», comenta John Vidale, sismólogo de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. «Pero no estoy seguro», subrayó. Una «larga historia de registro continuo de datos sísmicos es fundamental para monitorear el movimiento del corazón del planeta», sostienen Yang y Song.
Alcances de estos resultados
Dado que los datos de este estudio apuntan a que el núcleo interno podría estar en proceso de volver a la subrotación, es probable que las fuerzas magnéticas y gravitatorias que impulsan la rotación del núcleo interno estén cambiando también. Dichos cambios podrían vincular el núcleo interno con fenómenos geofísicos más amplios, como aumentos o disminuciones en la duración del día terrestre.
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